El juez de Podemos para el Constitucional pide a las víctimas «poner el dolor en común» con los etarras
Ramón Sáez Valcárcel, el magistrado de la órbita de Unidas Podemos que ha sido propuesto como candidato al Tribunal Constitucional en su próxima renovación, es un ferviente defensor de lo que llaman «justicia restaurativa» en relación al terrorismo de ETA, proponiendo que las víctimas de la banda asesina hablen con sus verdugos para «compartir el dolor» y ponerlo «en común», sostiene.
Así lo afirma el ex vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) a propuesta de Izquierda Unida -hoy dentro de la coalición de Unidas Podemos- en una reflexión titulada ‘En el final del terrorismo: justicia y restauración’ publicada en el libro Justicia para la convivencia a partir de un encuentro organizado por la Universidad de Deusto en el año 2012.
Aquí, Sáez Valcárcel, presentado como magistrado de la Audiencia Nacional, donde sigue ejerciendo, aboga por la «constitución de espacios terapéuticos donde los sujetos involucrados en la violencia intentan compartir el dolor, para tender entre ellos lazos emocionales y levantar una especia de comunidad moral».
En este sentido, el magistrado, que comparece este martes en la Comisión de Nombramientos del Congreso de los Diputados y que es visto con buenos ojos por Podemos para el Tribunal Constitucional, considera que estos «diálogos restauradores» entre víctimas y verdugos «pueden aliviar, poniendo la experiencia del dolor en común».
«Reconocer en el otro»
Para Sáez Valcárcel, en estos casos, la mediación restaurativa es una «comunicación ética porque a través del diálogo sincero trata que los protagonistas se puedan reconocer en el otro, situarse en su lugar, acortar la distancia social y cultural que los separa, a la manera como el diálogo sustenta cualquier relación o vínculo moral».
En este contexto, el magistrado -de un perfil muy ideológico y revisionista en materia de memoria histórica- subraya que «las instituciones deben limitarse a establecer los cauces y proveer los medios para tales encuentros, con la finalidad de recuperar a la víctima y al condenado como seres emocionales, capaces de compartir el sufrimiento, de restaurar la subjetividad herida, encontrar sentido a la vida y habitar de nuevo en el mundo asumiendo el hecho de la pérdida, que es una forma indirecta de recuperarles para la comunidad».
379 crímenes sin resolver
Sin embargo, Sáez Valcárcel, promotor de encuentros confidenciales entre víctimas de ETA y presos de la banda para contribuir a la «reinserción social» de estos reclusos, no menciona aquí en ningún momento que los terroristas siguen sin esclarecer hasta 379 crímenes perpetrados por su organización.
De hecho, ante las últimas palabras del líder de Bildu, Arnaldo Otegi, evitando condenar a ETA y diciendo que el dolor sufrido por las víctimas «nunca debió haberse producido», éstas reaccionaron emplazando a los presos de la banda y a los herederos de su brazo político a que contribuyan a resolver esos 379 asesinatos, incluido aquí el último en suelo español en 2009, el atentando que mató en Mallorca a los guardias civiles Diego Salvá Lezaun y Carlos Sáenz de Tejada.